Análisis de costo y rentabilidad apícola

Al momento de analizar la rentabilidad de una explotación apícola se deben tener en cuenta diferentes variantes vinculadas con el capital para que refleje los números reales al momento de finalizar una campaña productiva.

A continuación, presentamos en versión periodística un trabajo realizado por el médico veterinario Antonio Julián. A tal efecto consideraremos:

Capital Apícola

Como primera medida se debe considerar el capital con el cual se cuenta, y el mismo debe ser discriminado de la siguiente manera.

– Fundiario: Incluye el terreno donde se instala el colmenar, en caso de que sea propio del productor se aplicará la amortización correspondiente y en caso de alquilar el costo del mismo, y toda aquella mejora que se le realice, como por ejemplo la construcción de un galpón apícola y el cierre con un alambrado.

– De explotación: Incluye el capital fijo vivo como las familias de abejas y el inanimado donde se ubica la cajonería, elementos de extracción, ahumadores, tambores y demás.

Además dentro del capital de explotación se encuentra el circulante donde aparecen los bienes de cambio, que son los productos emergentes de la producción de la colmena (miel, propóleos, cera, etc) y los gastos que demanda esa producción como combustible, mano de obra, mantenimiento del vehículo utilizado para trasladarse hasta el colmenar, entre otros.

Vida útil

Algo que gran parte de los productores no consideran al momento de hacer un balance económico es la vida útil (en promedio) que tienen los diferentes materiales e instrumentos que se utilizan para el desarrollo de la actividad.

A modo de ejemplo citamos aquellos más importantes:

– Piso, alza y nuclero de madera dura 8 años

– Piso, alza y nuclero de madera blanda 8 años

– Rejilla 4 años

– Entretapa 4 años

– Techo 8 años

– Extractor 10 años

– Cuchillo desoperculador 4 años

– Buzo y guantes 2 años

– Palanca 3 años

– Ahumador 4 años

– Camioneta 10 años

– Alambrado 40 años

En consecuencia hay que sacar el índice anual de depreciación de cada elemento, el cual se calcula dividiendo el valor de la unidad por la cantidad de años de vida útil promedio.

Experiencia

A continuación, mostramos un trabajo desarrollado en un colmenar de cuarenta unidades situado a aproximadamente 40 kilómetros del lugar de residencia del apicultor encargado de las mismas.

En total se produjeron mil kilos de miel (tres tambores), de los cuales una parte se vendió a granel y otra se fraccionó para el mercado interno, obviamente a distintos valores.

En consecuencia, el ingreso total alcanzó los 69.200 pesos.

A esto se le restó los gastos directos (combustible, medicamentos, tambores, azúcar) los cuales sumaron un total de 19130 pesos; los gastos indirectos (mantenimiento de infraestructura y gastos de patente y seguro) por un total de 1140 pesos y finalmente las depreciaciones o amortizaciones anuales de los elementos utilizados por un total de 18.485 pesos. En consecuencia, el ingreso neto alcanzó los 30445 pesos.

Ingresos

En este caso en particular se consideró solamente la venta de miel y núcleos, pero en otras explotaciones se puede tomar venta de reinas, celdas, propóleos, cera y demás.

Rentabilidad

Para conocer el índice de rentabilidad anual del apiario, se debe dividir el ingreso neto obtenido sobre el capital con el cual cuento, y luego multiplicarlo por cien, obteniendo el índice de rentabilidad.

Por último se debe dividir los costos totales de producción sobre los kilos de miel producida y obtendremos el precio promedio de la miel.

Dentro de esta unidad productiva y con los números expuestos, debemos cosechar un promedio de 15 kilos por unidad para cubrir los gastos productivos.

En consecuencia y con los valores actuales de la miel a granel, en el caso específico de este apiario deben vender una parte de lo producido de manera fraccionada para obtener una rentabilidad.