Apicultura orgánica, una tendencia mundial a considerar

Cuando la miel es obtenida a partir de un sistema de producción sustentable en el tiempo, mediante el manejo racional de los recursos naturales, sin la utilización de productos de síntesis química y estas características pueden ser claramente identificadas por parte de los consumidores a través de un sistema de certificación, estamos hablando de Miel Orgánica, Ecológica o Biológica, señala un informe elaborado por el INTA que nuestro medio presenta en versión periodística.

Se estima que el mercado de productos orgánicos en el mundo ha crecido en la última década a razón del 20 % anual, siendo Europa, Japón y Estados Unidos, los que marcan el dinamismo del sector. En los mismos la oferta propia de productos orgánicos,  no alcanza a cubrir la demanda creciente, aún con incrementos de superficie dedicada a este tipo de producción; esto hace pensar que podrían seguir expandiendose las importaciones, siendo Asia (menos Japón), África, Australia-Nueva Zelanda y Latinoamérica los proveedores-exportadores.

Los mercados de productos orgánicos en Argentina han mostrado un dinamismo importante en las dos últimas décadas. Las producciones orgánicas se promueven como una opción entre los modelos productivos alternativos a la producción convencional de alimentos, tendientes a mejorar la sustentabilidad.

En 1999 se sancionó la Ley 25.127, que califica al producto orgánico, biológico u ecológico, como aquel proveniente de un sistema de producción y su correspondiente agroindustria que realizan un manejo racional de los recursos naturales, evitando el uso de productos de síntesis química y manteniendo la diversidad biológica.

El sistema de control está establecido a través de empresas certificadoras privadas habilitadas por el SENASA que tienen a su cargo el seguimiento y control de la cadena productiva y su comercialización.

Como en otras producciones las especificaciones técnicas certificables no contradicen a las especificaciones obligatorias o reglamentarias, sino que tienen por objeto diferenciar el Producto Certificado de aquellos obtenidos en producciones convencionales. Esto podrá ser utilizado como una herramienta comercial para acceder a nuevos mercados, establecerse en mercados existentes, incrementar la venta de determinados productos o para lograr valor agregado en los productos.

A nivel nacional hay alrededor de 17 empresas certificadoras de las cuales 5 están acreditadas internacionalmente.

La necesidad de contactarse con el fin de obtener información y conocimiento, lleva a los productores y/o elaboradores a formar redes,  formas de integración vertical u horizontal, entre comprador y proveedores o entre productores. En el caso de los pequeños productores participar en una agrupación puede permitirles ingresar a un mercado global, donde la escala es una barrera de entrada.

Actualmente uno de los aspectos principales a tener en cuenta para la producción apícola orgánica son las condiciones medioambientales de las áreas de libación. Nuestro país cuenta con una gran superficie y una gran diversidad de ambientes, que permitirían incluir nuevas regiones productivas.

Según las estadísticas del año 2014 de SENASA,  existían 16.992 colmenas bajo producción orgánica en el país, en Chaco: 6363, en Buenos Aires: 2784, en Santa Fe: 2576, en Santiago del Estero: 2022, en Córdoba: 1193, en Entre Ríos: 1006, en La Pampa: 907 y en Mendoza: 141

Casi la totalidad de la producción orgánica argentina tiene como destino la exportación. Durante el año 2015 se exportaron 130.121 kilos de miel a granel, por un valor de 489.204 dólares. Las empresas exportadoras fueron 5 y los destinos Alemania, Francia, Holanda  y Bélgica.

En tanto que durante el primer cuatrimestre de este año, el principal comprador fue Francia con 212 toneladas, mientras que mucho más atrás se ubican Alemania con 20 y Holanda con 18, el total de lo exportado representa 606.158 dólares FOB.

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